"La IA no nos va a quitar el trabajo"
Es una frase que escucho repetidamente, una especie de mantra y refugio cómodo para quienes prefieren mirar para otro lado o simplemente no están al tanto de los cambios que se avecinan. Debemos de aceptar que la IA ha llegado para quedarse y aún tiene mucho por ofrecer, esto solo es el comienzo.
Creerse a estas alturas tal afirmación, en mi opinión, me parece ingenuo y poco realista. No pretendo ser catastrofista o pesimista pero los datos, noticias y las tendencias del mercado laboral muestran que la inteligencia artificial ya está transformando profundamente el empleo, y lo seguirá haciendo a gran escala en los próximos años. Y sí, estoy de acuerdo de que sin un control podríamos alcanzar distopías dignas de Hollywood o Black Mirror que tan acostumbrados estamos a ver. Si es que hasta el CEO de Klarna se ha reemplazado a sí mismo por un Avatar.
Por ello, entender mejor cómo y por qué la IA está cambiando el panorama laboral, es fundamental. Analizar qué tipos de empleos serán más afectados, cuáles podrían adaptarse y qué profesiones tendrán mayor demanda en este nuevo escenario nos prepara mejor para ese futuro inminente. También es necesario reflexionar sobre las habilidades y especializaciones que nos permitirán no solo sobrevivir, sino prosperar en un entorno cada vez más automatizado.
Automatización masiva de tareas administrativas
El impacto que aprecio más inmediato y evidente en la aplicación de la IA se da en las tareas administrativas y repetitivas. Diría que dichas tareas serán las profesiones con mayor destrucción de puestos de trabajo debido a la automatización. El Foro Económico Mundial prevé que en 2025 la IA habrá reemplazado 85 millones de empleos, y en España, por ejemplo, se espera la destrucción neta de casi 400.000 empleos hasta 2033, especialmente en estos sectores.
La llegada de los llamados “agentes de IA” y los MCP marcan un punto de inflexión. Estos sistemas autónomos pueden interactuar con clientes, analizar convenios legales, crear oportunidades comerciales y actualizar registros en tiempo real, integrándose plenamente en los flujos de trabajo empresariales. Incluso sectores tradicionalmente menos digitalizados, como la construcción o las reformas, ya utilizan IA para automatizar la gestión documental, prever el mantenimiento de equipos y ofrecer soporte instantáneo sobre normativas técnicas actualizadas.
En recursos humanos, la IA automatiza cada vez más la programación de entrevistas, la selección de personal y la gestión del talento, aportando mayor personalización y eficiencia. Así, la automatización inteligente no solo simplifica tareas repetitivas, sino que transforma radicalmente la estructura y dinámica de las empresas, desplazando a gran parte del personal administrativo tradicional y exigiendo nuevas competencias para quienes quieran mantenerse relevantes en este entorno. Paradójicamente, en muchas ofertas de empleo solicitan que por favor no se use IA para postular y que te mantengas auténtico/a.
En el área financiera y contable, la IA automatiza el procesamiento de facturas, pagos, conciliaciones bancarias y auditorías, facilitando la gestión de cuentas por cobrar y pagar, así como la detección de discrepancias o fraudes Esto libera a los equipos de tareas rutinarias y les permite centrarse en funciones más estratégicas, como el análisis financiero o la toma de decisiones.
La gestión de operaciones y logística también se ha visto revolucionada. Empresas como Amazon han implementado robots autónomos y sistemas de IA para optimizar la clasificación, empaquetado y distribución de productos, logrando reducir el tiempo de procesamiento de pedidos hasta en un 25% y mejorando la precisión en la entrega. En sectores como la construcción y la ingeniería, la automatización facilita la gestión documental, la planificación de proyectos y el seguimiento de inventarios en tiempo real.
Y por supuesto, en la administración pública, la automatización de trámites, firmas electrónicas y expedientes ha permitirá agilizar procesos burocráticos, reducir la carga de trabajo manual y mejorar la transparencia y trazabilidad de los procedimientos.
Reemplazo parcial pero real
Tampoco es de extrañar que la inteligencia artificial vaya comiendo terreno en otros ámbitos, que aunque actualmente lo hace de forma parcial, no es descabellado pensar que de aquí a pocos años se haya metido hasta la cocina. Hablamos de:
Periodismo y redacción de contenidos: generación automática de notas, resúmenes y artículos informativos.
Finanzas y análisis de datos: elaboración de informes, análisis de tendencias y predicciones económicas.
Atención al cliente y soporte técnico: chatbots y asistentes virtuales que resuelven consultas básicas.
Producción y manufactura: Robots industriales reemplazan tareas en fábricas y líneas de producción.
Cajeros y personal de tiendas: Sistemas de autoservicio y tiendas automatizadas disminuyen la demanda de estos puestos.
Analistas de datos y administrativos: La IA puede procesar y analizar grandes volúmenes de datos, así como gestionar procesos administrativos rutinarios.
Producción audiovisual: edición automática de vídeos, generación de subtítulos y doblajes usando IA.
Diseño gráfico y digital: generación de composiciones básicas o reemplazo de elementos en fotografía o material gráfico.
Formación y educación: aunque lo recomendable sería que siempre hubiera interacción humana en el mundo didáctico, lo cierto es que la creación de contenido educativo y evaluaciones cada vez se pueden personalizar más gracias a la IA
Ciberseguridad: la ciberseguridad exige IA, tecnología avanzada y gestión proactiva para enfrentar amenazas cada vez más complejas.
La traducción e interpretación, aunque con bastantes límites actualmente, es otro campo que está siendo automatizado de forma acelerada gracias a la inteligencia artificial. Actualmente, herramientas avanzadas de traducción automática basada en redes neuronales, como ChatGPT y otros sistemas especializados, permiten traducir grandes volúmenes de texto en segundos, agilizando procesos y reduciendo costes para empresas y particulares. Estas soluciones ofrecen traducciones cada vez más precisas, fluidas y personalizables, e incluso pueden adaptarse al contexto, la cultura y las preferencias del usuario final. La automatización abarca no solo la traducción de documentos escritos, sino también la transcripción y traducción simultánea de voz, lo que facilita la comunicación global y la colaboración en tiempo real entre equipos de diferentes países.
Y por supuesto la programación tampoco está exenta. Si bien la IA todavía no puede sustituir completamente a un programador, sí automatiza muchas tareas rutinarias, como la generación de código, pruebas y refactorización. Esto no eliminará la necesidad de programadores, pero reducirá seguramente la demanda de perfiles para tareas básicas y obliga a los profesionales a especializarse en aspectos más creativos o complejos. Yo mismo he logrado conceptualizar apps básicas pero funcionales con Firebase Studio.
Podría afirmar que lo único que realmente escapará a la automatización total será aquello que entendemos como “arte” en su sentido más profundo. Ese espacio donde la esencia única e irrepetible del creador se manifiesta y se expresa de manera auténtica, humana y profundamente personal. El arte no es solo técnica o producto final, sino la confluencia de emociones, experiencias, visiones y sensibilidades que solo un ser humano puede transmitir con toda su complejidad y sutileza. En ese sentido, el arte seguirá siendo un refugio y un testimonio irremplazable de la condición humana en un mundo cada vez más automatizado.
No todo es destrucción: nuevas oportunidades y dilemas
Arrojemos un poco de luz y optimismo ante tal escenario. Lo cierto es que la IA también generará nuevas áreas de inversión y empleo, principalmente en sectores tecnológicos y en profesiones altamente cualificadas relacionadas con el desarrollo, mantenimiento y ética de sistemas inteligentes. Sin embargo, la creación de estos nuevos empleos no compensa necesariamente la destrucción de los tradicionales, y suelen requerir formación técnica avanzada, lo que puede dejar fuera a muchos trabajadores desplazados.
Para sobrevivir al reemplazo laboral por la IA, las mejores salidas profesionales y áreas de especialización se centran en habilidades y sectores que la automatización no puede replicar fácilmente podríamos, tal vez, encontrar:
Salud y atención personal: médicos, enfermeros, terapeutas y entrenadores, donde la empatía, el juicio y la interacción humana son cruciales.
Creatividad y arte: diseñadores, escritores, músicos, periodistas, creadores de contenido y editores, donde la originalidad y la visión humana son insustituibles.
Oficios técnicos y manuales: electricistas, fontaneros, carpinteros, operadores de maquinaria especializada y técnicos en energías renovables, que requieren habilidades manuales y adaptación en entornos cambiantes.
Tecnología avanzada: ingenieros de IA, científicos de datos, biotecnología, expertos en ciberseguridad, auditores de algoritmos y especialistas en automatización robótica de procesos (RPA).
Consultoría en transformación digital y ética de la IA: roles que combinan conocimientos tecnológicos, liderazgo y comprensión ética y empresarial.
Habilidades blandas y competencias transversales: inteligencia emocional, pensamiento crítico, adaptabilidad, innovación y aprendizaje continuo, fundamentales para liderar equipos y adaptarse a nuevos entornos.
¿Y qué ocurrirá con los Product Managers?
Es innegable que la gestión de tareas y el product management en productos digitales están experimentando una transformación profunda debido a la integración masiva de inteligencia artificial y nuevas metodologías de trabajo. En 2025, la IA ya no es una opción, sino una obligación para cualquier equipo digital competitivo: automatiza tareas rutinarias, como el análisis de datos, la generación de informes, la segmentación de usuarios y la priorización de funcionalidades, permitiendo a los Product Managers (PM) centrarse en la estrategia, la creatividad y la toma de decisiones basadas en datos avanzados.
Esta automatización y eficiencia generan varios efectos clave:
Reducción de equipos y ampliación de responsabilidades: Los equipos grandes de Product Managers y Product Designers tienden a reducirse. Un solo PM puede gestionar varios equipos o productos, apoyado por herramientas de IA que multiplican su capacidad de gestión y seguimiento.
Desaparición de puestos intermedios: El middle-management pierde relevancia, ya que la IA y los nuevos flujos de trabajo ágiles eliminan capas burocráticas y aceleran la toma de decisiones.
Auge de perfiles híbridos: Surgen los “Product Builders”, profesionales que combinan habilidades de gestión, diseño y desarrollo, capaces de llevar una idea desde la conceptualización hasta la implementación utilizando plataformas low-code/no-code y herramientas de IA.
Personalización y optimización continua: La IA permite crear experiencias de usuario más personalizadas y realizar mejoras continuas en el producto a través de análisis predictivos y pruebas automatizadas, lo que exige que los PM dominen tanto la tecnología como la interpretación de datos.
Enfoque en habilidades estratégicas y humanas: A medida que la IA asume tareas operativas, el valor diferencial de los PM estará en la visión estratégica, la innovación, la gestión ética y la capacidad de liderar equipos multidisciplinares en entornos cambiantes.
En definitiva, el futuro del product management digital será mucho más eficiente, automatizado y centrado en el usuario, pero también exigirá a los profesionales una rápida adaptación, aprendizaje continuo y la capacidad de aportar valor allí donde la IA aún no puede llegar: la visión, la creatividad y la gestión del cambio
El auge de la FP y los oficios técnicos
Paradójicamente, mientras los empleos de oficina y administrativos se automatizan, profesiones técnicas de Formación Profesional (FP) como electricistas, fontaneros, agricultura y ganadería, entre otros, cobran más valor. Estos trabajos requieren habilidades manuales, adaptación a entornos cambiantes y, en muchos casos, no pueden ser sustituidos fácilmente por máquinas. De hecho, la automatización en sectores como la agricultura y la ganadería está generando demanda de técnicos cualificados para operar y mantener sistemas avanzados.
El auge de la FP no significa el regreso a los oficios tradicionales tal y como los conocíamos, sino la aparición de perfiles híbridos que combinan habilidades técnicas con competencias digitales y de gestión. Por ejemplo, el técnico de mantenimiento industrial ahora debe conocer sistemas automatizados, sensores inteligentes y plataformas de gestión remota; el agricultor digital utiliza drones, sensores de humedad y software de gestión de cultivos; el instalador eléctrico se especializa en energías renovables y sistemas de autoconsumo inteligente.
Las previsiones para 2025 y años siguientes apuntan a que estos perfiles seguirán siendo altamente demandados, con salarios competitivos y posibilidades de desarrollo profesional. La FP se posiciona así como una vía estratégica para quienes buscan estabilidad laboral, rápida inserción en el mercado y capacidad de adaptación frente a la automatización masiva de otros sectores.
Cómo puedo prepararme para adaptarme a los nuevos tiempos
Nadie dijo que iba a ser fácil pero para adaptarte a los cambios que se asoman, es clave desarrollar tanto habilidades técnicas como blandas y adoptar una mentalidad flexible ante la innovación. Por ejemplo:
Abraza la innovación y sal de la zona de confort: Participa activamente en procesos de cambio, experimenta con nuevas metodologías y mantente abierto a la incertidumbre y la transformación continua.
Aprende a usar herramientas de IA: Familiarízate con plataformas de aprendizaje adaptativo y herramientas que te ayuden a ser más eficiente y ganar ventaja competitiva.
Desarrolla pensamiento crítico y ético: No solo aprendas sobre IA, sino también cómo impacta en la sociedad y cómo utilizarla de manera responsable y reflexiva.
Refuerza habilidades blandas: La empatía, la comunicación, la colaboración y la gestión emocional serán aún más valiosas en un entorno donde la IA asume tareas técnicas y repetitivas.
Practica el aprendizaje continuo: Adapta tu mentalidad para aprender y actualizarte constantemente, ya que la velocidad del cambio tecnológico exige una formación permanente.
Participa en comunidades educativas y colabora: El trabajo en equipo y la colaboración interdisciplinaria serán esenciales para afrontar los retos y aprovechar las oportunidades que trae la IA.
Extra: cómprate una casa en mitad de la nada y adopta 4 gallinas y una cabra.
Adivina cuál es la que estoy desarrollando 🐓🐐.
Conclusión
Negar el impacto de la IA en el empleo es cerrar los ojos a una realidad que ya está aquí. El reto no es evitar el avance tecnológico, sino gestionar la transición, invertir en formación y reorientar a los trabajadores hacia sectores menos automatizables. La IA sí va a quitar muchos trabajos, especialmente los más rutinarios y administrativos, y las profesiones técnicas y manuales de FP serán, al menos a corto y medio plazo, las más cotizadas y resilientes. El dilema está servido, y la adaptación será clave para no quedarse atrás.