Cerrar una etapa también es estrategia

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Nov 12, 2025

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Opinion

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Hoy es día de reflexión. Curioseaba la web de Paco Ávila y me topé con una sentencia con la no que podría estar más de acuerdo:

"Cerrar una etapa también es estrategia".

Seguramente lo que cuente aquí hoy no es la primera vez que lo hayas leído o escuchado, pero creo que de vez en cuando está bien pararse para hacerse un auto análisis y hacer las correcciones necesarias. A fin de cuentas, somos nosotr@s quienes decidimos hacia donde ir, y si no lo estás haciendo, solo te mueves por inercia ajena.

«Si no cambiamos, no crecemos. Y si no crecemos, no estamos viviendo de verdad».
Anatole France

Y por eso me gustaría recordar que hay momentos en los que seguir insistiendo no es sinónimo de perseverancia, sino de negarse a ver la realidad. Debemos de aprender que no todos los proyectos, relaciones o caminos están destinados a durar para siempre. Algunos llegan con la única misión de mostrarnos por dónde no ir, de enseñarnos a reconocer los límites entre el deseo y la verdad, y eso, es aprendizaje valioso también.

Cerrar una etapa no es rendirse. Es usar la sensatez como brújula y el autoconocimiento como mapa. Decir “hasta aquí” no siempre significa debilidad; muchas veces es la forma más clara de cuidar tu energía y de limpiar el espacio que necesitas para algo más alineado contigo. Persistir en lo que ya perdió sentido solo enturbia la mirada hacia lo nuevo, así que hazte el favor de darte una nueva oportunidad.

También hay que recordar que el tiempo es finito. Cada hora que invertimos en mantener lo que ya no nos impulsa es una oportunidad que dejamos pasar. Sin embargo, reconocerlo no siempre es sencillo. Hay factores personales, afectivos y externos que nos atan a lo conocido. Desprenderse exige valor, paciencia, coraje y una profunda honestidad para aceptar que incluso lo que alguna vez fue valioso puede dejar de serlo. Asumir esa verdad no es frialdad, sino sabiduría ante la fugacidad de lo que somos y el limitado tiempo que tenemos para construir algo significativo.

«Comenzar un camino nuevo da miedo. Pero a cada paso que damos, nos damos cuenta de que lo peligroso era quedarse quieto».
Roberto Benigni

Los tropiezos, que al principio se sienten como castigos, con el tiempo revelan su verdadera naturaleza: señales. Son avisos que te invitan a replantear el rumbo, a soltar lo que ya no te aporta crecimiento, y a abrir un lugar para nuevas versiones de ti mismo. Cerrar duele, pero no tanto como vivir estancado.

Reinventarse, probar algo diferente o cambiar de rumbo no significa borrar el pasado. Significa honrarlo como materia prima. Todo lo que fuiste, hiciste y aprendiste se convierte en la base sobre la que construyes lo siguiente. Cambiar no es olvidar, sino elegir conscientemente qué parte de ti quieres proyectar hacia adelante.

En el fondo, por tanto, cerrar una etapa es un acto de estrategia y de amor propio. Porque quien se atreve a soltar lo que ya no encaja no pierde nada: gana espacio para lo que realmente merece quedarse.

© 2025 Carlos López. All Rights reserved.

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